En la homilía, el sacerdote tomó como ejemplo la ‘Parábola de los obreros de la viña’ para explicar la forma en que Dios gobierna y ama a la humanidad, recibiendo a unos desde muy pequeños y a otros al final del último suspiro de vida, tratándolos a todos por igual y sin distinguirlos por su condición pecadora. Además, instó a los devotos a no ensalzarse ante los demás y estar siempre dispuestos a ayudar.
Finalizada la celebración eucarística, la imagen del Señor de Locumba salió en procesión por las calles del pueblo, acompañada por devotos, contándose entre ellos también a la Hermandad del Señor de Los Milagros de Tacna. En esta última procesión del Señor de Locumba, también participaron los comerciantes que por estos días trabajan en las calles de Locumba.